Ambos tenían la piel blanca, yo diría como de papel maché, como si las tuviesen enjabonadas por la luna.
Era el mediodía cuando conocí a Paco y a Lucia, una pareja joven de Madrid, España. Los tres íbamos en el Trolley de Miami, un pequeño bus con forma de tren, que nos transportaba de la barriada de Coconut Grove a la de Brickell bajo la sombra de una arboleda frondosa; sin embargo, la avenida no mostraba ni una sola hoja caída y ni tan siquiera una colilla de cigarro.
-Queremos venir a vivir aquí- me comenta Paco, sentado en el asiento de madera de adelante, junto a Lucia.
Sonreí, y le respondí,
-Aquí el vino no es bueno y se come hasta reventarse la barriga. No bohemia, y me molesta. Es una ciudad muy joven; no sé si les gustaría sus figuras al año de verse en el espejo.
-Sí, no puedo creer que esos hombres trabajando en la construcción bajo el sol puedan tener esas barrigas- comenta Lucia, justamente cuando el trafico detenía al Trolley frente a uno de los tantos edificios en construcción en el barrio Brickell.
-¿Qué tiempo llevan aquí en Miami?
-Hemos estado en Miami Beach por una semana- me responde Paco- pero realmente nos molesta la intensidad del sol a toda hora. Hasta en la noche, parece que el sol esta afuera.
-Por eso todo el mundo anda en su coche- dice Lucia.
-¿Usan su carro en España?- Les pregunto.
-No, usamos el transporte publico. Es muy caro un coche allá.
-Como ven, aquí las distancias son largas- digo.- Es imprescindible.
-¿Cómo es posible que aquí haya transporte gratis?- pregunta Lucia.
-Bueno, esto sale del dinero del contribuyente- respondo.
-Sí, tenemos que pasarnos una temporada más larga aquí, para probar- Paco dice.
-Quizás en invierno, cuando el sol no pegue tan fuerte- comenta Lucia.
-Aquí el verano no cesa.
-Me buscaría dos trabajos para evitar el calor- dice Paco.
-Espera- Lucia interrumpe- la última ves que discutimos fue cuando tuviste dos trabajos. Bajo esos términos si que no vengo.
-Tuve dos trabajos porque no nos alcanzaba la plata.
-El dinero es el mismo donde sea, nunca alcanza- digo yo.
-Es verdad que aquí el vino es costoso- dice Paco detallando l par de botas de vaquero que llevaba puesta.- Allá con diez euros tomas buen vino por varios días.
-Bueno, pero que el vino no lo es todo en la vida- dice Lucia.- La Liga Española de futbol se puede ver desde aquí. El sol es lo de menos.
-Créenme que yo también quise vivir en España cuando la visité por primera vez, pero no pude tolerar la idea de no poder ir a un estadio de béisbol, que las películas del cine americanas son dobladas en español y que iba a tener que encontrar más de un trabajo; así es que solo la visito. La bohemia la pongo yo aquí.
-Se ve, pero tío te sigue gustando la idea del vino barato- me dice Lucia mirando a las tres botellas de vino en una bolsa de papel sobre mis piernas de las cuales cuelga una etiqueta
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Las novelas de Jorge Santa Cruz se pueden leer: http://goo.gl/SyALxi