Después de una entrevista de trabajo le mandé
un texto a la dueña: de tus delgadas clavículas
cuelgan dos nubes que son parte de mi tormenta". Me llamó enseguida.
Me acobardé; no contesté, ya que pude haberlo ganado todo: que me ofreciera el trabajo y
saliera conmigo—Nunca lo sabré; a lo mejor me animo y le devuelvo la llamada
hoy J www.jscruz.me
No comments:
Post a Comment